Las metodologías de análisis de riesgos se aplican en función de la información que maneja cada organización. Modelos como OCTAVE, MEHARI, MAGERIT, CRAMM, EBIOS y la NIST SP 800-30 han sido clave para garantizar la seguridad de los sistemas de información en distintos contextos empresariales.
De igual forma, existen metodologías vinculadas a estándares como la ISO 9001, las cuales siguen un proceso estructurado que permite identificar, evaluar y tratar los riesgos.
Etapas principales del análisis de riesgos
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Identificación de los riesgos
Generalmente comienza con una sesión de lluvia de ideas en la que participan representantes de todas las áreas de la organización, quienes aportan su conocimiento profundo del negocio. En esta fase se enumeran todos los posibles riesgos, internos o externos, incluso aquellos que parezcan poco probables, así como oportunidades que puedan surgir. -
Determinación de la criticidad
Cada riesgo se evalúa de acuerdo con un conjunto de factores y se clasifica en una escala según su potencial de impacto en la organización. Los criterios más comunes son la probabilidad de ocurrencia y la dificultad de detección. -
Clasificación de riesgos
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Tolerables o aceptables: poseen baja incidencia, impacto leve o muy poca probabilidad de ocurrencia; no requieren acciones específicas.
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Críticos: aquellos que deben ser eliminados o mitigados por su alto impacto.
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Compartidos o transferidos: pueden gestionarse mediante seguros, acuerdos o planes conjuntos.
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Definición de acciones a seguir
Con una visión global de los riesgos, su impacto y probabilidad, la organización obtiene las bases necesarias para diseñar planes de tratamiento que incluyan prevención, mitigación, transferencia o aceptación, según corresponda.
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