OCTAVE se centra en el análisis de riesgos organizacionales, con especial énfasis en los aspectos vinculados a las operaciones cotidianas de las empresas. La evaluación comienza con la identificación de los activos relacionados con la información, entendidos como aquellos elementos de TI que aportan valor a la organización: sistemas de información, software, archivos físicos o digitales, así como el factor humano.
De esta manera, OCTAVE no solo estudia la infraestructura de información, sino también la forma en que esta es utilizada. Se parte de la premisa de que, para cumplir con la misión de la organización, los empleados de todos los niveles deben comprender qué activos son críticos y cuál es la manera adecuada de protegerlos.
Fases del proceso OCTAVE
El modelo de evaluación propuesto por OCTAVE se estructura en tres fases principales:
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Construcción de perfiles de amenazas basadas en activos.
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Identificación de vulnerabilidades en la infraestructura.
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Desarrollo de estrategias y planes de seguridad.
Importancia del análisis
El principal riesgo de una evaluación de este tipo es la posibilidad de pasar por alto amenazas significativas a las que la organización es vulnerable. Metodologías como OCTAVE ayudan a minimizar este problema al proporcionar un marco estructurado para el análisis.
Es fundamental resaltar el valor de la información en este contexto, ya que una parte importante de los riesgos proviene de las prácticas y costumbres internas de las organizaciones, más que de factores externos.
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